Definitivamente siempre amanecerá, y allá a fuera hay mucha gente buena esperando a ser encontrada.
Queridos lectores imaginarios, muy querida lectora no imaginaria, estimados amigos y apreciados seguidores, hace no muchas horas mis pasos me guiaron de forma extraña y peculiar hasta conocer al “señor Tíbet”, un hombre de 84 años que jamás ha viajado hasta allá, pero que sabe que lo hará, que ha leído tanto de ellos y practica la respiración profunda, que me dijo hoy decidimos confiar uno en el otro, en un acto de fe, reconociéndonos cómo iguales ambos nos aceptamos y como viajeros del mismo camino nos adentramos en la búsqueda de lo que nos interesa…
Como no hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla en un algunos momento, terminaré de dar esta vuelta al sol, ya llevo varias, y para ser franco hace muchos años al apagar las velas con todo mi corazón quería que fuera un año estupendo, y resultó ser uno de los peores, pero hace un año decidí que aceptaría todo lo que pasara, y realmente ocurrió de todo, y sí me la pasé muy bien.
De cierta forma en los últimos tiempos me he quitado mis temores tontos y realmente he aprendido a aceptar las cosas como son, y que hay muchas más cosas de las que imagino esperándome allá afuera, viví varios sentimientos y tomé buenas y malas elecciones, me sentí mal e hice sentir mal a algunos, pero eso pasa todo el tiempo.
Somos seres cambiantes, todo el tiempo nos transformamos en busca de nosotros mismos, hasta el punto de conocernos tal cual somos, creo que yo ya estoy distinguiendo realmente como soy, y me siento cómodo y seguro de lo que soy y lo que tengo.
En esta última vuelta, reconocí el valor que tienen para mí a los que puedo llamar amigos, y no importa qué, fiestas, juegos, asaltos, canciones o estudio, han sido momentos increíbles solo por haber estado con ellos, me di cuenta que hay alguien con quien decir “aja”, “etcétera”, y “uhum” tienen mucho sentido y ya no es necesario decir más cosas.
Ahora sé que hay alguien que con una mirada o una frase te intimida y te deshace, pero en las mejores ocasiones sus frases me han dado a entender muchas cosas y en verdad me han dado bastante perspectiva.
Sé que hay alguien que me entiende de forma peculiar, con quien puedo hablar y decir tantas cosas y oír y escuchar tantas más, con quien el destino no me ha dado lo más solo lo mejor.
El destino me lleva a disfrutar la compañía de alguien posiblemente diferente a mí, pero que nos entendemos de una forma peculiar, que de cierta forma me permite hacer sonar mis letras porque siempre ha estado allí para leerme… sencillamente es magnífico.
Hay tantas cosas… cosas que surgen en diferentes momentos y en diferentes situaciones, que me han ido complementando y que han transformado el limón en algo más cercano a una naranja, a todos ellos los conocí en el momento justo y con sus justas intervenciones me han ayudado a ser mejor persona.
Y recordar tantas cosas como evangelistas, maestros de chino y de más cosas raras abordo de un metro, o interminables filas de autógrafos, inventar canciones a la hora de correr, poder perdonar y ser perdonado por tu amigo después de un evento triste, vivir momentos de ensueño en conciertos, el sazón de un café para decidir el futuro de unos cuantos, el hecho de poder decirle a alguien tengo miedo unas horas antes de una operación y recibir su llamada reconfortante es insuperable, como insuperable aunque sea mandarle un mensaje cuando suena una de sus canciones favoritas de aquel vive latino, no lo puedo explicar pero ha sido grato.
Como dijo el señor Tíbet
“decidimos confiar uno en el otro, en un acto de fe, reconociéndonos cómo iguales nos aceptamos y como viajeros del mismo camino nos adentramos en la búsqueda de lo que nos interesa…”
Sí, pronto empezará la nueva vuelta al sol, y les digo algo, lo único que me importa en este instante es estar con ellos y ver qué se necesita para yo empiece a dar de vueltas, lo demás sale sobrando, este ha sido un gran año gracias a todos los que han hecho esto posible.
QUE VIVA EL ROCK