Desde muchas perspectivas, recordar debe significar volver a vivir, aunque estoy plenamente convencido que hoy puede ser ese día que jamás olvidaré, por eso trato de generar los recuerdos necesarios, solo así volver a vivir tendría sentido.
No hace mucho tiempo que las cosas se veían difíciles, y no hace mucho tiempo que todos los que me rodean ahora en este lugar emprendimos el arduo camino de los valientes que tratan de superarse a sí mismos atravesando todos y cada uno de los obstáculos que se les fueron presentando, cada día fuimos siendo más fuertes, hasta ser lo que somos hoy.
Un poco golpeados y un tanto empolvados, el mismo tiempo fue lavando nuestras heridas, enriquecimos nuestra solidaridad y compañerismo, como me dijo un gran amigo forjamos círculos virtuosos que se nutren de amistad y de confianza. Y es que en verdad ganamos mucho diariamente.
Invadido por la nostalgia, el peso de las palabras y el rigor de un extraño orfanato, fue que me puse a recordar tantas cosas y a varias personas. ¿Saben?, nunca podría decir que me la pasé mal, CEPii se convirtió durante muchos días en un lugar lleno de cosas buenas, una aventura diaria.
Las extrañas coincidencias son las que marcan la vida de las personas, no es un tema místico, definitivamente se trata de coincidir.
Es curioso darse cuenta pero CEPii me recibió con los brazos abiertos, y me encomendó una de las tareas más interesantes, complicadas, divertidas, frustrantes, enriquecedoras, agobiantes, exigentes y emocionantes; la de crecer y conocerme un poquito más a mí mismo. Me puse en contacto con lo que aprendí, con lo que se planea y con lo que se tiene que hacer en realidad para alcanzar las metas de todo el equipo, nuestro equipo.
Creo que no soy diferente, no he cambiado, simplemente soy igual, el mismo pero ahora un poco mejor.
Siempre he tenido la peculiar idea de que la vida se disfruta al calor de las chelas, al sazón de los tacos y en medio de una humeante taza de café y olorosos cigarrillos, es que soy de gustos simples a pesar de todo. Ahora puedo decir que a lo largo de casi un año compartí muchas de estas cosas con muchas de las personalidades de CEPii.
Entre buenas charlas musicales, risas, chistes y una que otra vez arduo trabajo, las horas pasaban rápido, las tardes se hacían noches.
Ahora veo ese esfuerzo y recuerdo esas llamadas telefónicas, correos y visitas a lugares solo para complementar la labor de ”pasar papeles”, me sentí increíble, quizás se debe a que CEPii me regaló varios momentos de felicidad y lo hace incluso hoy, no deja de sorprenderme, me pone en contacto con gente maravillosa, con gente honesta y con quienes puedo compartir más que un simple lugar de trabajo.
Es posible que se trate de emotividad, pero ningún otro lugar será igual, conoceremos a otras personas, desempeñaremos diferentes funciones, pero nunca nada será como lo es ahora, sin duda es una excelente razón pare recordar y desde luego volver a vivir.
Habitualmente digo que las cosas suceden cuando yo actuó, cuando cada uno de nosotros lo hace, y hoy no tiene por qué ser diferente, efectivamente “yo no sé mañana”, pero hoy debo hollar en el sendero y forjar el camino de mi propia existencia.
Sé que tengo un montón sueños por cumplir y como todos, un montón de aspiraciones que están esperando el momento para hacerse realidad, y con mucha verdad lo intentaré, tomaré riesgos saldré allá afuera para conocer y conocerme.